Adicional de contener sangre, nuestra menstruación contiene mucosa, células de revestimiento uterino, células madres, plasma e incluso anticuerpos, agua, líquido linfático lleno de vitaminas, proteínas, glúcidos, minerales, hasta restos de metales pesados y contaminantes.

Esta sangre viene directo de nuestro útero y en su recorrido va recolectando células que se desprenden en nuestro interior y que pueden ser confundidos con coágulos.
Estudios realizados por la Universidad de los Andes en Chile, nos indican que la menstruación tiene una gran cantidad de células madres y tienen una extraordinaria capacidad para multiplicarse y formar tejido de cualquier forma, ya sea cutáneo, hepático, muscular.